domingo, 13 de junio de 2010

Trastornos de conductas alimenticias



La alimentación es un proceso fundamentalmente fisiológico. En el hipotálamo se encuentran ubicados los centros del hambre y saciedad, aunque gracias a la corteza cerebral estos coordinan y correlacionan las percepciones de los órganos sensoriales, el almacenamiento de los recuerdos de experiencias pasadas y la relación de este comportamiento con el mundo exterior del sujeto, todo ello con el objetivo de conseguir alimento.
No obstante el proceso no es tan mecánico como parece. El desarrollo psicológico también está influido por la alimentación. A través del seno materno el bebé aprende sentimientos de seguridad, bienestar y afecto. La relación con la comida con estos afectos dura toda la vida, por esta causa ciertos estados emotivos como la ansiedad, depresión, alegría influyen en los procesos de alimentación.
En la sociedad occidental y muy en especial , la española , el acto de comer es un acto social. Se come de manera grupal y la forma como comen define a los diferentes grupos culturales. Es mediante la comida que se produce un acto de comunicación social y se da un proceso de cohesión e identificación en el grupo.
Un Trastorno de la conducta alimentaria es una enfermedad provocada por la ansiedad y preocupación excesiva por el peso corporal y el aspecto físico. Esto ocurre cuando una persona coloca a la comida como eje central en su vida.
Para la persona que padece algún trastorno alimenticio la comida adquiere un protagonismo especial (le da un significado específico de acuerdo a diversos factores psicológicos y evolutivos) y basa en ella todos los pensamientos y actos que forman parte de su vida diaria sintiéndose superdependiente de esa idea.
La comida se convierte en la razón por la cual se acude o no a una fiesta o reunión, se evitan las visitas a los amigos en las horas de comida, se deja de salir a comer a restaurantes que sirvan comidas que “engordan” ingiriendo tan sólo una fruta o yogur en todo el día, de manera que la comida controla la vida de las personas que sufren este trastorno.
Estas enfermedades ocurren por lo general en la adolescencia, entre los 13 y 20 años, ya que es un período en el cual el cuerpo se va desarrollando y cambia de manera abrupta ,mientras que la imagen mental que se tiene del propio cuerpo es mucho más lenta que su evolución fisiológica.
Podríamos decir que la publicidad y los medios de comunicación mediante la aparición de modelos o prototipos “perfectos” de hombre y mujer, bellos y muy delgados, son en parte, los responsables de la aparición de estos trastornos alimenticios en un adolescente enfermo, ya que en esta delicada etapa el adolescente esta en plena evolución tanto física como psíquica y está más propenso a caer en desarreglos alimenticios al no tener aún formado ni su cuerpo ni su personalidad ni su identidad.
La familia también juega un papel importante en esos trastornos, ya que se originan en su mismo seno, y que pueden aparecer como síntoma de conflictos internos, personales y de tensiones en las interrelaciones padres-hijos-hermanos.
En este trabajo describiremos algunos trastornos de la conducta alimentaria en especial la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa.


Clasificación actual de los trastornos de la alimentación.

- Anorexia nerviosa:
Tipo restrictivo: pérdida de peso a través de dieta, ayuno o realizando ejercicio intenso.
- Tipo compulsivo/purgativo: accesos de atracones y vómitos.

Bulimia nerviosa:

- Tipo purgativo:se induce el vómito y usa laxantes, diuréticos y enemas
- Tipo no purgativo: mecanismos compensatorios como ayunos, ejercicio físico intensivo.


Anorexia Nerviosa: Trastorno mental que consiste en el rechazo a mantener un peso corporal mínimo normal, miedo intenso a ganar peso y en una alteración significativa de la percepción de la forma o tamaño del cuerpo.

Los principales síntomas de la anorexia son:
• Rechazo a mantener el peso corporal por encima del mínimo adecuado para la estatura, llegando a situaciones de delgadez extrema.
• Miedo intenso a engordar, incluso cuando el peso es muy bajo.
•Sensación de estar gordo/a en general o en algunas partes del cuerpo, como nalgas, muslos, abdomen. Tienen una percepción de su cuerpo que no es real. Aunque estén realmente delgados/as, su espejo les dice que siguen estando gordos/as.
•Aparecen otro tipo de problemas físicos que acompañan a la desnutrición, como es en el caso de las mujeres la retirada o el retraso de la menstruación.
•Ejercicio físico excesivo.
•Conducta alimentaria extraña: come de pie, corta los alimentos en pequeños trozos.
•Incremento de las horas de estudios y disminución de las de sueño.


Bulimia nerviosa: Es una enfermedad mental que consiste en atracones y en métodos compensatorios inapropiados para evitar la ganancia de peso.
Sus síntomas más corrientes son:
•Preocupación obsesiva por la comida, con deseos irresistibles e incontrolables de comer, dándose grandes atracones de comida en cortos períodos de tiempo y generalmente a escondidas. (2 veces por semana en un período de 3 meses)
•Conductas inapropiadas de manera repetida con el objetivo de no ganar peso:Vómitos autoprovocados, abuso de laxantes, diuréticos, enemas u otros fármacos; Ayunos y ejercicios excesivos.
•Menstruaciones irregulares.
•Peso normal o ligero sobrepeso.
•Miedo a subir de peso.

Las personas que sufren anorexia y bulimia poseen un carácter obsesivo lo que significa que se preocupan constantemente por el peso y la dieta. Sin embargo, la personalidad de estos pacientes es distinta.
Estas pacientes pueden tener problemas de adicción a las drogas así como propensión a la depresión y a la ansiedad. Además, suelen fracasar en sus relaciones sentimentales. Es más fácil descubrir a que una persona padece de anorexia ya que adelgaza tanto que prácticamente se queda en los huesos, mientras que una mujer que sufre de bulimia suele mantener el mismo peso. Esta es una de las razones por la que las bulímicas mantienen más tiempo en secreto su enfermedad. La bulímica, a diferencia de la anoréxica, tiene más conciencia de que está enferma y suele acabar solicitando ayuda.
La anorexia nerviosa no sólo es renunciar a comer por miedo a engordar, también supone no gustarse a uno mismo, no aceptarse tal cual uno es. Existe una asociación entre la delgadez y la búsqueda de la perfección y de la felicidad, por ello, las personas afectadas restringen la cantidad de alimentos que comen. Una vez que la enfermedad ha avanzado se produce una deformación de la imagen corporal: la persona se ve gorda aunque no sea así.
La personas con anorexia nerviosa suelen ser introvertidas y tienden a aislarse. Los periodos de semiayuno y actividad intensa se entremezclan con períodos de ‘atracones’, seguidos de vómitos autoinducidos; se emplean productos adelgazantes, laxantes y diuréticos, o se hace ejercicio excesivo, lo que conduce a un gran deterioro físico y orgánico.
La bulimia nerviosa afecta a personas con problemas de inseguridad, que no se sienten satisfechas consigo mismas y se obsesionan por la comida y el peso corporal. Las bulímicas suelen consumir grandes cantidades de comida en un espacio corto de tiempo (atracones), luego terminan adoptando mecanismos compensatorio como pueden ser los vómitos o purgas e hiperactividad, con intensos sentimientos de culpabilidad y autodesprecio; un círculo vicioso difícil de cortar, pero no imposible.
La bulimia puede surgir por diversos motivos en especial los estados emocionales adversos, las dificultades en las relaciones y la sensación de hambre que se da por las restricciones en la alimentación realizadas durante el día. La edad inicial suele ser más tardía que en la anorexia. Los atracones y vómitos se producen a escondidas, la persona lleva una doble vida. Es normal el uso de laxantes, diuréticos y productos adelgazantes. Existe un fuerte temor a no parar de ingerir de voluntariamente y tener poca capacidad para controlar los impulsos, lo que a veces puede acarrear problemas con el alcohol, las drogas y la conducta sexual. Al contrario de lo que ocurre con la anorexia, el aspecto de los afectados de bulimia parece saludable: el peso es normal o incluso hay sobrepeso, de modo que resulta difícil detectar el trastorno exteriormente.
Las causas tanto en la anorexia como en la bulimia son tan múltiples y variadas como enfermos las sufren, no obstante, el 80% de los casos aparece cuando se comienza una dieta de adelgazamiento sin ningún tipo de control médico. También se relaciona su inicio con la no aceptación de los cambios corporales durante la adolescencia, con un aumento acelerado de peso, con cambios significativos en la vida, con complejos relativos al físico, con problemas de relación.
En situaciones extremas de anorexia y debido a la pérdida de peso y al gran desgaste físico, la persona atraviesa estados de máxima desnutrición, pérdida del cabello, piel seca y amoratada, uñas quebradizas y frágiles, alteraciones hormonales que producen amenorrea (la regla desaparece), alto riesgo de osteoporosis y lanugo (vello fino por todo el cuerpo), insomnio, hipotermia (se siente frío incluso en verano), estreñimiento y saciedad precoz, bradicardia (se reduce el número de latidos por minuto del corazón), bajadas de tensión arterial, arritmias, probable paro cardiaco e inclusive la muerte (5-10% de los casos).
En la bulimia los vómitos provocan el aumento del tamaño de las glándulas salivares, deterioro del esmalte dental, caries, daños en encías y paladar, inflamación de la garganta, gastritis, vómitos de sangre, reflujo y ardores, deshidratación e hipocalemia (bajos niveles de potasio en la sangre que pueden producir debilidad muscular, temblores, arritmias y, en casos extremos, fallo cardíaco). Si los atracones y vómitos son severos, puede ocurrir desgarramiento del esófago y ruptura gástrica en el peor de los casos. El abuso de laxantes produce diarreas, dolores de abdomen, cólicos, intestino perezoso y mala absorción de ciertos nutrientes. Si se utilizan diuréticos, se intensifica el riesgo de deshidratación y de pérdidas de potasio, con consecuencias más o menos graves.

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