domingo, 13 de junio de 2010

Embarazo precoz




Nos referimos a embarazo precoz, a aquel embarazo que se produce en niñas adolescentes. Lamentablemente este tipo de embarazo, es cada vez mas frecuente según estudios realizados.

El embarazo precoz, es considerado, un problema de máxima prioridad para la salud publica. Se debe al alto riesgo de mortalidad, que suelen presentar, este tipo de embarazo. Ya que los bebés, presentan bajo peso al nacer, suelen ser prematuros, y existe un alto riesgo de vida, en la madre.
Esta situación, es producto de la situación social: descuido de parte del padre, fuertes carencias de afecto, la pobreza, la inseguridad, y la baja autoestima, suelen estar presentes, a la hora del detectar un embarazo precoz. Las dificultades, a las cuales, se enfrenta la madre adolescente, son varias, ya que aún la sociedad sigue condenando “ estas conductas”, si bien hoy en día los jóvenes encuentran una mayor aceptación por parte de la sociedad para ser activos sexualmente, un embarazo precoz, aún sigue siendo condenado.

“La adolescencia es tierra de nadie”, “Los adolescentes no son niños ni adultos”, sentencian viejos refranes que sintetizan el saber popular de una realidad común: el tránsito de la niñez a la adultez. Hoy se considera como una etapa de la vida del ser humano en la que ocurren complejos cambios biológicos, psicológicos y conductuales, que requieren de una cuidadosa atención por las importantes transformaciones fisiológicas, emocionales y sociales que finalmente “imprimen” en la persona el sello de la madurez, con los rasgos característicos del adulto.
Todo lo anterior implica crecer y crecer es cambiar. Se trata de un proceso vitalicio que se inicia en los brazos protectores de los padres y continúa con la adquisición de matices diversos de autonomía, en un constante recorrido que demanda comprensión, orientación, apoyo, confianza y diálogo fraterno para evitar equivocaciones que pueden provocar angustias e insatisfacciones y convertirse en un problema de salud, capaz de hacer peligrar la vida de la joven madre y de un nuevo ser de forma irreversible como en el embarazo precoz, cuya morbilidad se mantiene elevada en el mundo; razones que justifican habernos propuesto valorar la repercusión biológica, psicológica y social de la gestación a destiempo.
Es un hecho ampliamente reconocido en el campo de la salud, que la fecundidad presenta mayores riesgos asociados para la madre y su hijo, cuando el embarazo se concibe antes de los 20 años, tanto desde el punto de vista biológico, como psicológico y social, pues el individuo nace y se desarrolla en sociedad.

• Aspectos psicosociales del embarazo precoz
El mayor riesgo observado en el embarazo precoz depende más de las variables socioculturales que de las fisiológicas, si bien se condicionan entre sí.
Frecuentemente es un embarazo no deseado o no planificado, con una relación débil de pareja y en muchos casos fortuita u ocasional, lo cual determina una actitud de rechazo y ocultamiento de su condición por temor a la reacción del grupo familiar, amigos y maestros; comportamiento que generalmente conduce a la detección y el control prenatal tardío o insuficiente, con sus consecuencias negativas antes y después del nacimiento.
Este embarazo se produce cuando la maduración biosocial, física y psicológica no se ha logrado aún, de manera que en muchos casos por incomprensiones, problemas socioeconómicos, carencias nutricionales y un medio familiar poco receptivo y cooperativo, incapaz de aceptarlo y protegerlo, termina en parto distócico.
La futura madre adolescente se enfrenta a las inquietudes propias de la gravidez; se preocupa por la transformación de su cuerpo en una etapa en que asume su nueva imagen corporal; teme a las molestias del parto, se angustia por la actitud del padre, en muchos casos también adolescente. A ello se suma tener que abandonar a su grupo de iguales, interrumpir los estudios y quizás no poder continuarlos; dejar de divertirse, atender a su bebé y amamantarlo cada vez que llore, entre otros aspectos, que pueden provocar estrés, fatigas, desinterés y trastornos de la personalidad.
“La madre adolescente no tiene un orden de valores que le permita priorizar problemas o soluciones, por lo cual, si logra cuidar bien a su hijo se sentirá satisfecha como madre, pero en lo más individual tendrá añoranza de hacer lo mismo que una adolescente sin hijos.” Esta falta de organización de valores es típico de la etapa, pues la adolescente se encuentra en un proceso de cambio y desarrollo, durante el cual va incorporando una nueva concepción del mundo, pero aún se guía por criterios valorativos externos y convicciones inestables, estereotipadas y variables.
Se ha comprobado que un buen tratamiento y la debida comunicación social disminuyen las consecuencias biológicas adversas para la gestación, 8 pues la magnitud del dilema puede resultar tan insoportable para la muchacha, que a veces conduce al intento de suicidio o, en el peor de los casos, a su consumación, particularmente cuando existe una reacción familiar de indiferencia, que impide analizar abiertamente el problema y genera conflictos e inseguridades en la grávida. Esta despreocupación por parte de la familia no solo afecta a los futuros padres en la esfera emocional, sino también en el contexto económico, pues el nuevo estado de la adolescente demanda una alimentación adecuada y la satisfacción de otras necesidades no gratuitas, que deben ser resueltas por los suyos, toda vez que no está vinculada laboralmente.

Las consecuencias del embarazo precoz
La madre, puede padecer de anemia, y complicaciones a la hora del parto. Los bebes de las mamás adolescentes, tienen un alto riesgo de mortalidad y pueden desarrollar mal formaciones, tanto a nivel físico, como así también congénitas.

El bebé, puede padecer; de ceguera, parálisis cerebral, problemas en su desarrollo y aún de retraso mental. Para evitar, este tipo de embarazo, es fundamental el apoyo de la familia hacia el adolescente, ya sea varón o niña.

Es importante la comunicación y que se le brinde al adolescente toda la información necesaria, para prevenir una posible situación de embarazo precoz.
Deben existir, en los centros de estudio, proyectos y planes, para acercar al adolescente, a esta temática.

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